Bueno,
despues de un desayuno absolutamente descomunal en el hotel, salgo tempranito con la idea de llegar cerca de Vukovar. El dia pasa apacible, buen tiempo y solo un poco de vientecillo en contra. En esta zona los pueblos estan reconstruidos y sin apenas cicatrices, gentileza de la ayuda norteamericana y alemana como atestiguan unos carteles.
En Vukovar la cosa cambia. Una ciudad pequeñita y que debió de ser muy hermosa, junto al Danubio, con hermosos paseos que recorren las orillas, pero...más de la mitad de lo que fue el centro sigue destruído y muchos edificios emblemáticos se están reconstruyendo. En medio un flamante hotel de cuatro estrellas, aunque yo me quedo en una pensión que lleva una señora muy simpática que me habla en alemán. Aquí tanto serbios como croatas hicieron de las suyas, los dos bandos se zurraron de lo lindo. Y ahora parece que siguen viviendo las dos comunidades, juntas pero rigurosamente separadas. Tanto dolor para nada ya que ninguno de ellos consiguió sus objetivos.
Importancia notable de la religión por esta zona. Iglesias y capillas en cada palmo de terreno. Gente amable y amistosa. Mucha gente paseando, comiendo helados por las calles de Vukovar al atardecer, muchos niños por todas partes.
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