jueves, 11 de marzo de 2010
martes, 17 de junio de 2008
Algunas fotos más
Hola,
me pide Déborah que ponga alguna fotillo más. La verdad es que este viaje he estado poco fotografiador pero bueno, algo hay.
Más o menos por orden tenemos una de el lugar donde había parado en la carretera a comer un poco y descansar y me encontré con Niall el irlandés justo un par de minutos después de tomar la foto; luego otra imagen de la costa dálmata; las murallas de Dubrovnik y la ciudad; el puente que crucé con el irlandés a la entrada de Dubrovnik (vertiginoso, un buen ventarrón también soplando allá arriba) y una imagen de islas (creo que la de Hvar) en el barco de Dubrovnik a Split.
Al final no lo indiqué pero han sido exactamente 1690 km en bici.
Lo que son las cosas también, fue llegar a Barcelona y este domingo darme un paseo hasta el Tibidabo ¡y pinché!. 1690 km sin pinchar y pincho en veinte. En fin, mejor así, las averías mejor cerca de casa.
Habrá que ir pensando ya en la próxima...
viernes, 13 de junio de 2008
Aterrizamientos
Bueno, ya estoy en casa, llegué anoche, día 12 después de un apacible viajecito en ferry amenizado (y amenazado) por tres grupos de viaje de estudios de instituto que convirtieron el descanso en un deseo casi inalcanzable.
En casa todo en su sitio. El gato no ha crecido pero ha perdido pelo, las plantas han crecido y no parecen haber perdido pelo alguno. Los libros ni lo uno ni lo otro (bueno, algo han crecido con algunos que me he traído...).
Vuelvo con ganas de más bici, así que buena señal, señal de que no se ha exprimido la fuente hasta secarla.
Me acuerdo ahora de toda la gente maja que he encontrado en estos días: Los dos motoristas italianos jubilados que volvían de una ruta por España y con los que estuve charlando en esas horas siempre de nervios previas al embarque en Barcelona; Ercole, el ciclista que me acompañó unos kilómetros cerca de Trieste desde Aurisina hasta la frontera eslovena; Pablo y Carlos dos jóvenes viajeros tranquilos y llenos de curiosidad y su amigo bosnio-croata-argentino con los que pasé un día estupendo en Zadar y que fueron hacia Sibenik después (comedor de estudiantes, cámping-gas, turbofolk, pequeños escorpiones); Niall el peregrino irlandés con el que recorrí la mayor parte de la distancia entre Split y Dubrovnik, compartiendo asfalto, sudor, comida y no poca conversación y risas; el abuelillo que lavaba unas fresas en su jardín al que pedí agua justo al comienzo de la dura subida de la Bocca Trabaria, un buen rato de conversación que dio la sensación de que hubiese podido prolongarse por horas; Javier, el cicloviajero mejicano del camping de Firenze, buena charla también; Lluis, el afable motorista de Banyoles que volvía de una ruta por Italia en el ferry de regreso...
Cada curva, cada sonido, cada pedalada. Dolor y satisfacción. Saber que todo se olvidará. La cualidad casi de sueño de las imágenes que guardo y que se irán paulatinamente disolviendo.
Era estupendo viajar...
En casa todo en su sitio. El gato no ha crecido pero ha perdido pelo, las plantas han crecido y no parecen haber perdido pelo alguno. Los libros ni lo uno ni lo otro (bueno, algo han crecido con algunos que me he traído...).
Vuelvo con ganas de más bici, así que buena señal, señal de que no se ha exprimido la fuente hasta secarla.
Me acuerdo ahora de toda la gente maja que he encontrado en estos días: Los dos motoristas italianos jubilados que volvían de una ruta por España y con los que estuve charlando en esas horas siempre de nervios previas al embarque en Barcelona; Ercole, el ciclista que me acompañó unos kilómetros cerca de Trieste desde Aurisina hasta la frontera eslovena; Pablo y Carlos dos jóvenes viajeros tranquilos y llenos de curiosidad y su amigo bosnio-croata-argentino con los que pasé un día estupendo en Zadar y que fueron hacia Sibenik después (comedor de estudiantes, cámping-gas, turbofolk, pequeños escorpiones); Niall el peregrino irlandés con el que recorrí la mayor parte de la distancia entre Split y Dubrovnik, compartiendo asfalto, sudor, comida y no poca conversación y risas; el abuelillo que lavaba unas fresas en su jardín al que pedí agua justo al comienzo de la dura subida de la Bocca Trabaria, un buen rato de conversación que dio la sensación de que hubiese podido prolongarse por horas; Javier, el cicloviajero mejicano del camping de Firenze, buena charla también; Lluis, el afable motorista de Banyoles que volvía de una ruta por Italia en el ferry de regreso...
Cada curva, cada sonido, cada pedalada. Dolor y satisfacción. Saber que todo se olvidará. La cualidad casi de sueño de las imágenes que guardo y que se irán paulatinamente disolviendo.
Era estupendo viajar...
martes, 10 de junio de 2008
¡¡¡Plaga!!!!
Hay -literalmente- docenas de ciclo-viajeros en el cámping de Firenze. Eso hace que me salga furioso el snob que llevo dentro (y fuera por lo que se ve). Bicis carísimas, equipo completo, cargados como mulas. Paseíto por la Toscana...
Puertos de mar, puertos de montaña
Estos días ha habido curiosos contrastes. Lo que se llama un mar y montaña...
Antes que nada un pequeño resumen:
Dia 12- 7/06/08 Neum (Bosnia-Herzegovina)- Dubrovnik (Croacia) 69,75 km. Total 1265 km.
Dia 13- 8/06/08 Dubrovnik-Ferry-Split-Ferry-Ancona. 6,37 km. Total 1271 km.
Dia 14- 9/06/08 Ancona -Sansepolcro. 165,23 km. Total 1436 km.
Dia 15-10/06/08 Sansepolcro-Firenze. 120,40 km. Total 1557 km.
Y aqui en Firenze estoy...
Antes que nada un pequeño resumen:
Dia 12- 7/06/08 Neum (Bosnia-Herzegovina)- Dubrovnik (Croacia) 69,75 km. Total 1265 km.
Dia 13- 8/06/08 Dubrovnik-Ferry-Split-Ferry-Ancona. 6,37 km. Total 1271 km.
Dia 14- 9/06/08 Ancona -Sansepolcro. 165,23 km. Total 1436 km.
Dia 15-10/06/08 Sansepolcro-Firenze. 120,40 km. Total 1557 km.
Y aqui en Firenze estoy...
Hace un par de días tome un par de ferrys que me dejaron en Ancona con cara de sueño a las siete de la mañana del dia 9. De ahí me hice una jornadita maratoniana, empezando por 40 km de carretera costera con viento en contra. Luego tiré hacia el interior para empezar a subir y, para terminar, cuando llevaba mas de 130 km, me puse a subir un "puertecito" de montaña -la Bocca Trabaria- de algo mas de 1000 m de altitud pero con rampas bastante bruscas en la parte final. 13 km de subida agotadora con un poco de lluvia y luego un sol matador a las cuatro de la tarde. Despues 16 km de descenso brutal (para verlo, desde Grecia no veía nada parecido, esas curvas en pendiente...) hasta Sansepolcro.
Hoy ha sido algo mas suave aunque también he tenido un buen puertecito de montaña de unos seis o siete km y numerosas rampas en el subeybaja que son las tierras centrales de Italia.
Mañana voy a Livorno y allí, por la noche, tomare un ferry para Barcelona. Llegaré el 12 por la noche mas o menos.
Hoy ha sido algo mas suave aunque también he tenido un buen puertecito de montaña de unos seis o siete km y numerosas rampas en el subeybaja que son las tierras centrales de Italia.
Mañana voy a Livorno y allí, por la noche, tomare un ferry para Barcelona. Llegaré el 12 por la noche mas o menos.
sábado, 7 de junio de 2008
Viajando en compañia
Ayer, cuando llevaba ya unos 50 km de jornada me había parado a comer un poco cuando apareció por la carretera, en mi misma dirección, otro ciclista-viajero sudoroso. Niall es un irlandés de 40 años que esta haciendo un peregrinaje religioso (no es cachondeo ni pretende serlo) al santuario de la virgen María en Efeso (Turquía).Desde Dublín nada menos.
Como recordaréis, hace tres años estuve yo por allá, así que le he podido hacer algunas recomendaciones acerca de carreteras y demás. Hemos congeniado bastante pese a las numerosas diferencias de motivación que podéis suponer. El viaja ligero, con una extraordinaria bici de carretera de fibra de carbono (que me temo que le dará más de un problema en las carreteras duras que va a encontrar) de 5000 euros y una pequeña mochila. A pesar de ello le seguí el ritmo ayer durante mas de 95 km. y hoy en otros casi 70 hasta Dubrovnik desde donde escribo.
Ayer dormimos en un hotel en la pequeña franja marítima de Bosnia-Herzegovina que corta en dos Croacia en unos diez kilómetros. Hoy ya nos separamos.
Mañana tomo un ferry para Split y de allí otro para Ancona, donde llegaré pasado mañana temprano. Besos.
Como recordaréis, hace tres años estuve yo por allá, así que le he podido hacer algunas recomendaciones acerca de carreteras y demás. Hemos congeniado bastante pese a las numerosas diferencias de motivación que podéis suponer. El viaja ligero, con una extraordinaria bici de carretera de fibra de carbono (que me temo que le dará más de un problema en las carreteras duras que va a encontrar) de 5000 euros y una pequeña mochila. A pesar de ello le seguí el ritmo ayer durante mas de 95 km. y hoy en otros casi 70 hasta Dubrovnik desde donde escribo.
Ayer dormimos en un hotel en la pequeña franja marítima de Bosnia-Herzegovina que corta en dos Croacia en unos diez kilómetros. Hoy ya nos separamos.
Mañana tomo un ferry para Split y de allí otro para Ancona, donde llegaré pasado mañana temprano. Besos.
jueves, 5 de junio de 2008
Aprovecho para poner mas fotos
Pongo un par de la carretera de la costa, otra de una vista lejana de Zadar y una más (¡a ver si adivináis!) de una de las rampas del Abetone el segundo día (y no es de las peores).
Por cierto la tormenta que se ve de fondo en la de la bici me atrapó con ganas minutos después.
Tambien por cierto, hoy de Zadar a Split han sido 169 kilometritos de nada... En total van ya más de mil.
Besos (supongo que habéis dejado de mirar el blog porque no habia novedades, normal...).
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